A partir de las exigencias derivadas a raíz de la propagación del Covid-19 en el mundo, Mura decide explorar las dificultades que nacen a la hora de mantener la distancia física interpersonal en el espacio público. Para hacerlo, rescata el miriñaque clásico del siglo XIX y adapta su estructura para dar vida a La nueva armadura, una pieza circular de casi 10 metros de circunferencia, 3 metros de diámetro y 1,5 metros de radio. Realizada con 35 metros de varillas de fibra de vidrio y más de 70 metros de cintas reflectantes de alta visibilidad, ofrece una mayor ligereza y flexibilidad que en el pasado. La acción artística, destaca por demostrar una vez más el impacto social que puede tener el arte, en esta ocasión, fungiendo como medio informativo capaz de enseñar, de una manera gráfica y universal, la distancia mínima de seguridad que las personas deberían trazar en sus caminos.